Clonación animal: La guía definitiva de 2020

¿Para qué sirve la clonación animal?

La clonación es un proceso de laboratorio que consiste en conseguir copias exactas de otro organismo, célula o molécula. Es un proceso muy complicado que se lleva estudiando desde hace casi doscientos años.

Hay que apuntar que, en realidad, la clonación ya existe de forma natural, sin la intervención del hombre. Es el caso, por ejemplo, de los gemelos que nacen de embriones con genes idénticos.

También hay bacterias y plantas que son capaces de crear individuos de características genéticas exactas por sí mismas, mediante la reproducción asexual en la que solo hay un progenitor.

El trabajo de los científicos en la clonación artificial consiste, en principio, en la obtención de material genético del animal que se va a clonar, para crear un embrión viable mediante el que desarrollar un animal idéntico.

En realidad, la clonación es un tipo de reproducción asexual en la que no existe mezcla de los genes de los progenitores, solo los 46 genes exactos del animal clonado que sería, en este caso, el único progenitor.

Historia de la clonación animal

Aunque los primeros estudios acerca de la clonación animal se remontan al siglo XIX, no fue hasta mediados del siglo XX cuando comenzaron a tener éxito algunos experimentos.

Los primeros experimentos relativos a la clonación se llevaron a cabo en el año 1952 utilizando ranas. Años más tarde, en 1967, John Gurdon decidió hacer algunas pruebas mediante transferencia nuclear, para clonar ranas con células del intestino.

En el año 1979 se obtuvieron los primeros ratones creados mediante clonación en un laboratorio. Más adelante, se consiguió lo mismo con vacas, pollos y ovejas mediante el sistema de colocar el núcleo de una célula embrionaria en un óvulo sin núcleo.

Con esta técnica se consiguió clonar vacas con éxito, pues los embriones sobrevivieron y los terneros llegaron a nacer.

Sin embargo, la auténtica clonación llevada a cabo a partir de una célula de un animal adulto llegó en el año 1996 tras más de 250 intentos fallidos. Llegaba al mundo la famosa oveja Dolly, creada a partir de la célula de una ubre.

El doctor Ian Wilmut junto con su equipo en el Instituto Roslin de Edimburgo consiguió el objetivo que ya se había planteado Steen Willadsen en el año 1986, pese a que Dolly tuvo que ser sacrificada por problemas de salud en los huesos y el pulmón.

Aunque Dolly es quien se ha llevado la fama, tras ella fueron clonados otros animales como bueyes, conejos, ratas, perros, venados, gatos o mulas.

Otra oveja a destacar es Polly, creada meses después de Dolly también en Edimburgo, en cuyo ADN se insertó un gen de origen humano que permitía que la leche que produjera tuviera efectos terapéuticos en las personas al ingerirla.

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Tipos de clonación animal

Dentro de la clonación animal hay que distinguir tres tipos:

1. Clonación génica 

 Este tipo de clonación consiste en la reproducción exacta de genes o cadenas de ADN.

2. Clonación reproductiva

La clonación reproductiva es aquella en la que se realiza una copia idéntica de un individuo a partir de una célula. El embrión generado se tiene que implantar en el útero de una hembra para que el embarazo y el parto tengan lugar.

3. Clonación terapéutica

 La clonación terapéutica busca la creación de células madre mediante las que obtener tejidos con los que suplantar tejidos lesionados o afectados. Estas células tienen una reproducción ilimitada y pueden emplearse también para tratar enfermedades.

Estas células madre se obtienen de una célula del propio paciente por lo que no existe el riesgo de incompatibilidad ni de rechazo. Una vez que se han obtenido los tejidos, el embrión es destruido.

Cómo se clonan los animales

El primer paso que deben llevar a cabo los científicos para clonar un animal, es obtener una célula del individuo que se pretende copiar. Una vez que se ha conseguido, se debe extraer su ADN para introducirlo en un óvulo receptor que se ha vaciado de su propio ADN.

Existen dos formas distintas de realizar esto: usando una aguja para trasladar el ADN desde la célula hasta el óvulo, o utilizando una serie de descargas eléctricas para que la célula se fusione por completo con el óvulo.

En cualquiera que sea el método al que se recurra, el proceso continúa hasta que el óvulo se desarrolle dando lugar a un embrión. Después, este se saca del tubo de ensayo para implantarlo en el útero de una hembra adulta y sana.

Si todo sale bien, la hembra dará a luz a un animal igual al clonado en cuanto a su composición genética.

Para qué sirve la clonación animal

Aunque hay quien piensa que la clonación animal servirá nada más que para clonar perros o mascotas en general, la verdad es que tiene bastantes aplicaciones prácticas de mucho interés en el campo de la ciencia y la medicina.

Algunos de los usos de la clonación animal son:

  • Obtención de órganos. Una posible solución a las listas de espera para un trasplante de órganos sería clonar cerdos con este fin, ya que sus órganos son muy compatibles con el cuerpo humano.
  • Recuperar especies extinguidas. A lo largo de la historia han sido muchos los animales que se han extinguido y mediante la clonación, se podría intentar devolver a la vida a algunos de ellos.
  • Clonar mascotas. Como apuntábamos más arriba, la clonación de mascotas se ha convertido en un lucrativo negocio para quienes ofrecen este servicio a las personas que no han superado la pérdida de su perro o gato.
  • Clonar animales para la ganadería y la competición. Este proceso se basa en clonar animales que proporcionan una gran producción de carne, piel y leche y otros, en especial caballos, diseñados para ganar competiciones.
  • Investigación médica. La clonación de animales como ratas, ratones o conejos permite la experimentación de diferentes medicamentos para el tratamiento de determinadas enfermedades.

No obstante, algunas de estas ventajas presentan algunos problemas. Por ejemplo, hasta el momento parece imposible clonar especies animales extinguidas ya que el proceso exige que el ADN esté muy bien conservado.

En cuanto a clonar animales que se encuentran en proceso de extinción, algunos expertos apuntan que estos clones no resultan viables para reproducirse por sí mismos y hacer que la especie se recupere.

Por otro lado, el proceso de clonación es tan caro y complicado que aún se encuentra lejos el día en el que se puedan adquirir en tiendas y supermercados la carne y la leche de animales seleccionados y clonados con anterioridad.

Desventajas de la clonación animal

La clonación animal es un proceso muy complejo y con una gran dificultad de completarse con éxito. Considerando el éxito como que el animal llegue a la vida adulta ya que la mayor parte de los animales clonados mueren al poco de nacer.

Uno de los ejemplos más importantes de clonación animal es la oveja Dolly. Esta fue la primera en nacer con vida y desarrollarse de forma correcta, de entre más de 250 embriones con los que se experimentaban. Por ejemplo, clonar un gato puede ser más difícil de lo que parece.

Otro hecho que se debe tener en cuenta, es que un animal clonado no tiene por qué parecerse en cuanto al físico al animal del que procede, algo de suma importancia para quienes recurren a la clonación de perros o a la clonación de gatos para recuperar a sus mascotas.

Hay que tener en cuenta que los animales clonados comparten el mismo genotipo, es decir, el ADN, pero no el mismo fenotipo, es decir, las características físicas y de comportamiento.

Se han observado, además, algunos problemas de salud en los animales clonados. El hígado, el corazón y el cerebro pueden presentar defectos y algunos animales muestran un envejecimiento temprano y problemas con el sistema inmune.

Consecuencias de la clonación animal

Una de las principales consecuencias de la clonación animal son los dilemas éticos que surgen en torno a esta práctica cuando se habla de una posible aplicación al ser humano, no solo en cuanto al uso de las células madre sino a la clonación en sí.

El hecho de clonar un ser humano idéntico a otro que haya existido o, incluso, que aún exista, choca con la concepción de dignidad, libertad e identidad de las personas. Por ello, son muchos los detractores ante la posibilidad de que esta práctica se lleve a cabo.

Sin embargo, hay personas que abogan por la clonación humana en casos como padres con problemas de fertilidad que desean tener hijos o para eliminar genes nocivos en el ADN de una familia.

En realidad, la clonación humana parece ser aún más complicada que la animal por la composición de sus células. De hecho, ya se ha intentado la clonación de primates y todavía no se ha conseguido ningún éxito reseñable.

Por el momento y hasta que se resuelva este dilema, la clonación humana está prohibida en la mayor parte de los países del mundo, pese a que se han elevado voces de científicos que aseguran haberlo hecho, algo que nunca se ha demostrado.

Respecto a las células madre conseguidas mediante la clonación terapéutica, el debate continúa. Aunque las células madre sirven para reparar tejidos, el hecho de conseguirlas involucra la destrucción de embriones humanos y ello genera más conflictos éticos.

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